ANA, la mujer que halló la gracia de Dios
En el libro 1
de Samuel del capítulo 1-28 descubrimos a una familia que Dios escoge para
darnos una lección de fe y entrega, el personaje del que hablaremos hoy es una
mujer sencilla, seguramente con sueños y anhelos en su corazón, con el deseo
más profundo de ser madre, el nombre de esta mujer es ANA.
El nombre ANA
significaba en el hebreo: "benéfica,
compasiva, llena de gracia, hay otras versiones que dicen que Ana significa
misericordia. Por su nombre podemos pensar que Ana era una buena mujer, quien
era mujer de Elcana. Ana como podemos ver en la historia, era una mujer que
sufría, a pesar de su bondad era menospreciada y rechazada por no haber podido
darle hijos a su marido. Sin embargo Dios mira su corazón, conoce su pena y
concede el deseo de su corazón.
Hoy vamos a compartir acerca de 5
aspectos de la vida de Ana de los que nosotros como mujeres podemos aprender.
1.
Ana era
probada en sus sentimientos, emociones y dignidad: 1ra. Samuel 1:6-10
Cuando estamos pasando por diferentes tipos de problemas
Dios pone a prueba no solo nuestra fe sino la forma en la que reaccionamos ante
las adversidades de la vida, las mujeres estamos llenas de sentimientos,
emociones y es allí donde directamente el enemigo va a venir a atacarnos y
hacernos sentir menospreciadas. Una de
las cosas más grandes contra la que una mujer debe luchar es la AUTOCOMPASION Y
EL MENOSPRECIO. Pensemos por un momento
si alguna vez nos hemos sentido menospreciadas o rechazadas, los sentimientos
que se agolpan en nuestro corazón a través del rechazo de otras personas o de
la baja estima que tenemos de nosotros mismos van a ir haciendo cabida en
nuestro corazón hasta que nos creemos lo que otros nos dicen o hacen sentir o
lo que según nosotros creemos que es la forma correcta y normal de actuar. Pero Dios no quiere vivamos presas de
nuestros sentimientos y emociones, debemos de salir del circulo del rechazo y
clamar a Dios para que nos dignifique y levante. Ana era probada emociones como enojo, irritación,
tristeza, rechazo y menosprecio. Pero Dios la sacó de allí.
2.
Ana fue a
buscar la ayuda correcta. 1ra. Samuel 1:11-13
Ana estaba siendo probada en muchos aspectos como mujer,
sin embargo vemos que no se quejaba con su marido, no habla la biblia que fuera
con su familia, con otras mujeres a llorar su pena y a quejarse de lo malo que
era Dios, ella había esperado con mucha paciencia, cada año venía a presentar
el sacrificio al Señor con las manos vacías porque no tenía un hijo, sin
embargo a pesar de su pena no le vemos quejarse y llegó el tiempo en el que
tomó una decisión FUE A BUSCAR LA AYUDA CORRECTA, clamó a Dios, abrió su
corazón a Él, que era el único que podía verdaderamente solucionar su
pena. Cuantas veces vamos a Dios cuando
más cargadas y fatigadas nos sentimos? Como mujeres tenemos la tendencia a
querer contar todo lo que nos pasa, sufrimos en silencio muchas veces pero
también muchas veces sufrimos contando lo que nos pasa, a una amiga, a una
hermana, mostramos aspereza, tristeza y amargura ante todos para que sepan que
lo estamos pasando mal y al último lugar al que vamos es nuestro lugar de
oración, donde verdaderamente está la solución a todos nuestros problemas. Es
necesario que abramos nuestro corazón al Señor, Dios lo sabe todo y conoce
quienes somos, cómo estamos y cómo nos sentimos, a Dios no podemos
impresionarlo con nuestra actitud o con nuestras palabras, a Dios le impresiona
un corazón sincero e integro delante de Él, que no le esconde nada y que se
duele y desgarra ante El, reconociendo SU grandeza y su poder.
3.
Ana caminaba
en templanza y mansedumbre: 1ra. Samuel
1:12-17
No hay nada que pruebe mas lo que hay en nuestro interior
que pasar por una prueba tremendamente difícil, Ana estaba clamando a Dios con
todo su corazón, sin embargo se lleva un regaño por parte del sacerdote y pasa
por estar ebria, ante la prueba y la tristeza que estaba viviendo Ana tuvo una
actitud mansa, humilde y templada, no respondió de mala manera al sacerdote
después de lo que le dijo, sino que con toda humildad y mansedumbre le explicó
con claridad y elegancia lo que le estaba pasando. No podemos permitir que las tribulaciones y
situaciones difíciles y adversas saquen lo peor de nosotros ante los demás,
cuando viene el fuego de la prueba Dios muestra de qué estamos hechas, podemos
hablar mucho de Dios, predicar de su palabra, compartir a los demás, pero todo
eso será probado en el momento que la prueba llegue a nuestra vida y saque a
luz quienes verdaderamente somos.
4.
Ana creyó y
caminó en fe 1ra.Samuel 1:18-20
Cuando hemos orado al Señor y El nos da una promesa o una
palabra, debemos creer que lo que nos ha dicho ya ha sido hecho, no podemos
buscar a Dios y desconfiar de Él, es muy triste cuando una persona no confía en
nosotros, por ejemplo si nuestro esposo o nuestro jefe nos encarga que hagamos
algo y posteriormente él lo hace y no nosotros, cómo nos sentiremos,
seguramente muy tristes pensando que no confía en nosotros, que no cree que
tengamos la capacidad para poder hacer lo que nos ha encomendado. De igual manera cuando oramos al Señor y
entregamos una pesada carga en sus manos, no podemos levantarnos de ese lugar y
salir de allí para tomar otra vez la carga y pensar “seguro no lo hará” porque
eso es falta de fe… Dios quiere que vengamos a él y creamos que El lo hará y
esa fue la actitud de Ana dice la palabra “y no estuvo más triste”, esa era la
señal, seguramente ella entraba frecuentemente en tiempos de tristeza y
depresión, pero una vez que tomó la decisión de clamar con todo su corazón a
Dios dejó y se despojó de esa carga y no
la tomó más, porque tuvo fe, y recordemos que sin FE es imposible agradar a
Dios.
5.
Ana aprendió
a morir y a renunciar: 1ra. Samuel 1:22-28
Dios concedió el deseo del corazón de Ana, pero ella
había hecho una promesa en 1ra. De Samuel 1:11 donde le dijo al Señor que si El
Señor se lo daba, ella lo entregaría para que fuera guardado para Dios, y lo
entregaría al sacerdote. Es fácil hacer
una promesa cuando queremos conseguir algo, pero luego cuando ya tenemos eso
tan ansiado en nuestras manos se nos van las ganas de cumplir aquello que hemos
prometido. Cuántas veces decimos en
medio de la angustia: Señor si me das esto yo te prometo tal y cual cosa, sin
embargo cuando lo tenemos ya buscamos excusas para cumplir lo que hemos
prometido. Ana había sido estéril toda
su vida y tal vez le fue fácil decir a Dios que si le daba un hijo lo dedicaría
al Señor todos los días de su vida, pero ya viendo la carita del bebe,
teniéndolo en brazos, abrazándolo, dándole el pecho, sintiéndolo junto a ella,
siguió adelante en el pacto que había hecho con Dios, fue fiel, aprendió a
morir a sus deseos y sentimientos y cumplió la promesa que había hecho a Dios.
No podemos usar a Dios para lograr nuestros fines, Dios no es un medio por el
cual obtenemos todo lo que necesitamos y luego lo olvidamos, Dios quiere ser
todo en nosotros y recibir de nuestro corazón aquello que le hemos prometido.
6.
Ana era una
adoradora: 1ra. Samuel 2: 1-11.
Cuando recibimos el favor de Dios no olvidemos dar
gracias, Dios transforma nuestra tristeza el gozo, nuestra amargura en alegría
y nuestro pena en bendición, pero se agrada de nuestro corazón agradecido que
RECONOCE que solo de EL viene todo lo que recibimos y le alabamos.
7.
Ana fue fiel
y recibe la bendición de Dios: 1ra. Samuel 2:18-21
Dios concedió el deseo del corazón de Ana y le da un
hijo, ella ofrece este niño al Señor para que habite lejos de ella, todos los
días de su vida y viva en la presencia del Señor y ministre a Dios y fielmente
cada año sube a dejarle una túnica, con ese gesto de fidelidad a Dios confirma
una y otra vez cada año que está feliz de haber recibido el favor de Dios y
haberlo entregado nuevamente a Él, ella pudo escoger dar el niño al Señor pero
no volver para no verle y sufrir otra vez al dejarle, sin embargo ella estaba
tranquila y segura al saber que Su hijo estaba en el lugar correcto. Dios nos lleva a poner en el altar del
sacrificio lo más preciado para nuestro corazón, aquellas cosas que nos doblegan
y nos es difícil entregar, no podemos dar al Señor lo que nos sobra, sino lo
mejor lo que más cuesta entregarle eso es ponerlo en el altar. El rey David decía NO DARE A DIOS NADA QUE NO
ME CUESTE. Y finalmente vemos el milagro
cumplido y la bendición de Dios recibida, porque Ana entrega un hijo a Dios y
luego de algunos años de ver su fidelidad y alegría Dios le regala 5 hijos, 3
niños y 2 niñas, Dios no le dio el doble sino que Dios le quintuplicó su deseo.
El número cinco en la biblia significa la gracia de Dios, cinco panes tomo El Señor
para dar de comer a multitudes. Cinco hijos le dio a Ana, ahora si su nombre
era real ANA ERA LLENA DE GRACIA, llena
del favor de Dios.
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